Uno de los objetivos de los servicios de salud más repetidos durante los últimos años es el de colocar al paciente en el centro del sistema. Lamentablemente, por el momento “es más un deseo que una realidad”, según afirmó ayer Isabel González Álvarez, jefa del Servicio de Radiología del Hospital Universitario San Juan, de Alicante, durante el debate organizado por la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), la Fundación Signo y Philips con motivo de la presentación del informe Iniciativas de evaluación y coste-efectividad en Radiología. A su juicio, el mundo médico en general, y los radiólogos en particular, “vivimos alejados de los pacientes, dentro de la autocomplacencia, por no decir cinismo, de creer que éstos son el centro, cuando en realidad seguimos hablando de números, procedimientos e intervenciones, no de personas”. Un ejemplo de este pensamiento, según González Álvarez, está en el enfoque que se da a la innovación en Radiología: “Seguimos pendientes de la calidad de la imagen, de la fascinación tecnológica, pero no pensamos en el coste-efectividad, en la aportación en calidad de vida y resultados en salud que suponen nuestras intervenciones”. En este sentido, Ignacio Ayerdi, patrono de la Fundación Signo y exdirector general en Iberia de Philips Healthcare, recordó que “las tomografías computarizadas (TC) comenzaron a desarrollarse pensando en los radiólogos, sin tener en cuenta la dosis recibida por el paciente, algo en lo que empezamos a trabajar después para corregirlo”.
Por su parte, Luis Martí-Bonmatí, director del Área de Imagen Médica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, medió afirmando que “no podemos cuestionar la interactuación con el paciente, el respeto y la educación. Lo que sí debemos cuestionar es si podemos hacer las cosas mejor, qué y cómo”. A este respecto, González Álvarez planteó que “la innovación no debe limitarse a la tecnología, sino que debe llevarse al proceso. De poco sirve tener una TC de última generación si el paciente debe esperar un año para someterse a una prueba”. Martí-Bonmatí piensa que, dentro de esa innovación gestora, resulta fundamental hacer partícipe al paciente de la toma de decisiones, algo que, según González Álvarez, “no es una gracia, sino un derecho”. Además, afirmó, “un paciente bien informado tiende a elegir, entre las opciones de tratamiento que se le explican, las menos invasivas, que a la postre son las menos costosas, por lo que esta implicación del usuario contribuiría a la sostenibilidad del sistema”.
Retos y desafíos tecnológicos de la Radiología (Luis Martí-Bonmatí)